lunes, 16 de noviembre de 2009

En una reunión ‘urgente y extraordinaria’

La Iglesia Arquidiocesana se pronunció acerca del matrimonio entre personas del mismo sexo

“El requisito que exige nuestra ley civil de acuerdo al cual el matrimonio debe ser celebrado entre un hombre y una mujer, no puede ser modificado por legislador alguno, puesto que el matrimonio es una institución del orden natural”, dijo el Arzobispado de Corrientes. Algunos miembros de la Iglesia están buscando dialogar con los legisladores nacionales correntinos para que puedan tomar conciencia de este tema.




Existen dos proyectos, en la Cámara de Diputados de la Nación, que se refieren al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Este tema ya se convirtió en el centro de toda conversación. La Iglesia en la Argentina también se pronunció al respecto.
Por tal motivo la Arquidiócesis de Corrientes realizó el viernes 6 próximo pasado, en horas de la noche, en la Parroquia “Nuestra Señora de Pompeya”, una reunión “urgente y extraordinaria” con el objeto de “presentar los argumentos de inconstitucionalidad y carácter atentatorio contra la ley natural y la dignidad de la persona humana”.
Fueron invitados a participar de esa jornada ‘extraordinaria’ los responsables de los diversos organismos que conforman la Pastoral Familiar, el Instituto Arquidiocesano ‘Cardenal Pironio’, la Comisión de ‘Justicia y Paz’, la Escuela de Ciudadanía ‘Jesús Nazareno’ y la Junta Arquidiocesana de Educación Católica.Si bien el tema fue más que interesante, la respuesta de la gente no fue la esperada. Una vez mas se desaprovechó la cita para que los laicos católicos se encuentren bien informados acerca de este tema tan en boga en los medios de comunicación.

La presentación
El Vicario General de la Arquidiócesis, presbítero José Billordo, fue el encargado de abrir la reunión; mientras que el cura párroco de la Parroquia “Sagrado Corazón de Jesús”, presbítero Pablo Sánchez, iluminó brevemente el tema.
Las personas que tuvieron a su cargo el tema fueron dos profesionales de vasta trayectoria en la Arquidiócesis: nos estamos refiriendo a los doctores Carlos Dansey y Walter Guillermo Goldfarb, quienes esgrimieron, con palabras sencillas, los argumentos de inconstitucionalidad acerca del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Cabe señalar que existen dos proyectos en la Cámara de Diputados de la Nación acerca del matrimonio homosexual. Los que ‘luchan’ por la aprobación del mismo aducen dos motivos: según el artículo 16, señalan que todos somos iguales ante la ley y, segundo, con el casamiento ya no sufrirían mas discriminación.
Golfarb respondió ante estas dos causas concretas: con respecto a la primera señaló que “no existe violación al principio de la igualdad ante la Ley (artículo 16 de la Constitución Nacional), porque ella exige que se trate de igualdad de situaciones o condiciones, y la diferencia fundamental es que las personas del mismo sexo no pueden generar vida, mientras que los heterosexuales sí lo podemos hacer, vale decir, que las situaciones no son las mismas”, explicó.
Con respecto a la segunda argumentó: “no existe discriminación porque con la ley actual a una persona homosexual, por su orientación de tal carácter, no se le impide que pueda contraer matrimonio, por cierto con otra persona de distinto sexo. Ningún derecho puede ejercerse en forma absoluta sino en función de las demás normas que reglamentan su ejercicio”, y a modo de ejemplo mencionó que “nadie debería sentirse discriminado, si el padre se quiere casar con su propia hija, o que se casen entre hermanos etc.”. Asimismo Goldfarb, con la Constitución Nacional en mano, respondió por qué esos argumentos son inconstitucionales y dijo que “nuestros legisladores no están legitimados, no tienen potestad, ni la facultad” porque según nuestra ley civil señala que el matrimonio debe ser celebrado entre un hombre y una mujer puesto que el matrimonio es una institución del orden natural.
El Preámbulo
El abogado Goldfarb se valió del Preámbulo de la Constitución Nacional para considerar inconstitucional el proyecto. “Podemos decir que nuestros legisladores no están habilitados para realizar modificatoria alguna si nos atenemos al Preámbulo donde señala casi al final ‘invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia’”.Por su parte el profesional recordó que existen también dos tratados internacionales que consagra al matrimonio entre el hombre y la mujer (Derechos Humanos y la Convención Americana).
Finalmente el abogado se preguntó si es necesario el tratamiento de este tema en la Cámara de Diputados de la Nación “habiendo tantos otros de suma urgencia en nuestro país como por ejemplo: la inseguridad, el hambre, la pobreza, la energía, etc.”.
Al concluir la reunión el presbítero Billordo informó que algunos miembros de la Iglesia están buscando dialogar con algunos legisladores nacionales correntinos para que tomen conciencia de este tema y puedan votar a conciencia en la Cámara de Diputados de la Nación.
Esa noche los profesionales católicos coincidieron en que el proyecto del matrimonio entre personas del mismo sexo ‘es un primer paso para destruir a la familia como institución’.
Por eso es importante que todos, como Iglesia, podamos hacer fuerza para rechazar este proyecto. Para ello debemos estar bien informados y saber por qué esta mal que dos personas del mismo sexo puedan llegar al altar.Nuestra Madre Iglesia nos enseña que “optar por una actividad sexual con una persona del mismo sexo equivale a anular el rico simbolismo y el significado, para no hablar de los fines, del designio del Creador en relación con la realidad sexual. La actividad homosexual no expresa una unión complementaria, capaz de transmitir la vida, y por lo tanto contradice la vocación a una existencia vivida en esa forma de autodonación que, según el evangelio, es la esencia misma de la vida cristiana. Esto no significa que las personas homosexuales no sean a menudo generosas y no se donen a sí mismas, pero cuando se empeñan en una actividad homosexual refuerzan dentro de ellas una inclinación sexual desordenada, en sí misma caracterizada por la autocomplacencia” (extracto de la ‘Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales’).