miércoles, 17 de noviembre de 2010

Hogar de los Mendigos 'Mi Cristo Roto'


"Los enfermos que nos envían los hospitales es un inconveniente que estamos teniendo"

Así lo manifestó Mariela Revidatti, responsable del Hogar de los Mendigos ‘Mi Cristo Roto’. También se mostró preocupada porque para esas personas ‘no hay lugar en los cementerios’. Son muchas las necesidades que padece el ‘hogar’, por tal motivo solicitó a toda la comunidad correntina que colaboren con mercaderías no perecederas, ropas para hombres y pañales para adultos.

Corrientes (Argentina), miércoles 17 de noviembre de 2010. – Hace mucho tiempo, en la Arquidiócesis de Corrientes, existe el ‘Hogar de los Mendigos’ denominado ‘Mi Cristo Roto’.
Su lugar físico está en el barrio Pueblito Buenos Aires, más precisamente en Niño Jesús 830 de esta ciudad.
Desde que existió el hogar, siempre necesitó de la ayuda de los correntinos, pero hoy, más que nunca, esos mendigos hombres necesitan de nuestra colaboración, no sólo material, sino también humana.
Hoy hay dos temas que preocupan a Mariela Revidatti, encargada ella del ‘Hogar de los Mendigos’. Uno de ellos es que los hospitales llevan a enfermos a ese lugar y, posteriormente, no hay quien los pueda hacer un seguimiento a ese enfermo para que pueda ir recuperándose; el otro es que ‘no hay lugar en los cementerios’ para los mendigos.
Por eso dialogamos con Revidatti para conocer con más detalles de esta dura realidad en que viven los hermanos del hogar.

Lo que necesitan
En el programa ‘La Tarde de San Cayetano’, que se emite los martes de 18 a 19 y los jueves de 17 a 19 por FM ‘San Cayetano’ (102.7mhz), Revidatti reconoció que el hogar está necesitado de muchas cosas.
“En verdad siempre el hogar padeció siempre de necesidades, pero ahora estamos solicitando a los correntinos la colaboración de alimentos no perecederos para nuestros hermanos del hogar”, indicó Mariela.
No sólo se pidió mercaderías, sino también ropas. “Nosotros, todos los martes en horas de la noche, salimos a dar de comer a la gente en situación de calle, y ella nos pide ropas. También en el hogar necesitamos ropa para hombres dado que en el hogar sólo hay personas masculinas”, señaló.
Luego Revidatti confesó uno de los inconvenientes graves que está atravesando el hogar. “En los últimos tiempos los hospitales nos están enviando enfermos. Nosotros en el hogar por ejemplo tenemos a un señor que está enyesado y se moviliza con muletas y no puede caminar; otro que sufrió un ‘accidente cerebro vascular’ (ACV) y por lo tanto necesitamos pañales para adultos y otro con la cadera rota. Por eso te decía que es un inconveniente muy grande que estamos teniendo. Es que no tenemos personal para cuidarlos como corresponde”, agregó.

Un ‘lugar de paso’
El hogar hoy cuenta con 9 ó 10 personas. Muchas de ellas están de paso, y otras, en cambio, van y vienen en ese lugar. “Hay gente que no tiene dónde ir y viene acá. Nosotros siempre decimos que el hogar es un ‘lugar de paso’. Acá se albergan hombres de bien que han tenido problemas con sus familias, han escuchado que existe este lugar y, por lo tanto, vienen a pasar un tiempo con nosotros. Son hombres de 40 ó 45 años. Cuando ellos consiguen algo mejor, se van”, comentó.
Por su parte Mariela también dijo que muchos de los enfermos son personas que fueron olvidadas por sus propias familias, y otras, que no tienen. “Tenemos, por ejemplo, el caso de don Severo Cáceres. Este hombre sufrió un ACV. Él, que fue enviado por el hospital, habla con dificultad pero se hace entender. Los muchachos los atienden gracias a su buena voluntad: le cambian, le bañan, le ponen pañales, etc.”.
Mariela resaltó la labor de los voluntarios (que son una o dos personas) en el hogar. “Es una tarea fuerte que tienen ellos. Yo, la verdad, me saco el sombrero ante los muchachos que tienen un corazón grande para atenderlos. Todos son voluntarios. Ellos se fueron haciendo viendo la necesidad del otro”.

El alcohol, otro problema
La encargada del hogar también reconoció el problema del alcohol que muchos mendigos padecen. “El problema que tenemos también es con el alcohol. Muchos de los mendigos van y vienen en estado de ebriedad. Lamentablemente quieren la calle y no quieren quedarse encerrados acá. Ya es costumbre de ellos estar en la calle. Cuando se ven enfermos o quieren bañarse, recién se acuerda del hogar”, indicó.
Asimismo contó que “no recibimos ninguna ayuda oficial. Nos vendría bien un subsidio, sobre todo por la gente enferma. Yo lamentablemente estoy muy sola en esto, y para conseguir algo hay que moverse, realizar muchos papeles y trámites, y mis tiempos no me dan”.
Finalmente denunció que para los mendigos no hay lugares en los cementerios. “El otro día se nos murió uno de ellos y no encontrábamos lugar para enterrarlo. No tenemos lugares en los cementerios para los mendigos. Como te decía anteriormente, murió uno de los mendigos y tuvimos que llevarlo a Santa Ana. Gracias a Dios encontramos un lugarcito para él, caso contrario tendríamos que haber llevado a Empedrado. La verdad que no hay nada para ellos”, concluyó con un tono de tristeza.
Esta es la dura realidad del ‘Hogar de los Mendigos’ denominado ‘Mi Cristo Roto’. Necesita de la colaboración de todos. Ellos también son el rostro sufriente de Cristo.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Del hermano marista Eugenio Magdaleno


"Los padres deben colaborar con el colegio y no verlo como depósito ni como enemigo"

Así lo manifestó el hermano marista Eugenio Magdaleno Prieto en una disertación destinada a los padres. Por su parte destacó que al alumno “hay que educarle más con presencia y coherencia que con palabras y sanciones”.

Corrientes (Argentina), lunes 1 de noviembre de 2010. – En los últimos tiempos se está hablando, y mucho, acerca de la relación existente entre padres o tutores y directivos – maestros y profesores.
Los tiempos han cambiado.
Antes se tenía un respeto mayúsculo cuando algún maestro o profesor solicitaba la presencia del padre o tutor al colegio para conversar acerca del rendimiento de su hijo o tutelado, y los padres colaboraban para que sus hijos puedan levantar su rendimiento gracias a los puntos negativos que les hacía ver el educador.
Hoy pareciera ser que la historia cambió un poco. Da la sensación que existe un poco de complicidad entre padres e hijos, y ambos ‘atacan’ al maestro o profesor reclamando el por qué de una nota baja o una sanción disciplinaria.
Por tal motivo, y en el marco del Jubileo Docente, el Instituto ‘Monseñor Roubineau’ organizó una charla para padres teniendo como disertante al destacado hermano marista Eugenio Magdaleno Prieto, quien se refirió sobre el tema: “El desafío de ser padres hoy, el rol de los educadores y la necesidad de establecer criterios comunes a la hora de fijar los límites y responsabilidades”.
Al inicio de la entrevista, el hermano marista dejó bien en claro que “no hay educación fundamental y fuerte si no es desde la fe, porque el sentido trascendente de la vida es el primer punto en una pedagogía”.
Por eso para Eugenio Magdaleno es fundamental saber ‘hacia dónde vamos’. “Que pasa si te encuentras con un amigo en la terminal y le preguntas: ‘¿A dónde vas?’, y él te responde: ‘No sé’. Es una locura”, agregó.
Con respecto a poner límites a los chicos en el colegio, el destacado especialista en cuestiones educativas hizo mención a dos palabras claves: presencia y coherencia. “Al chico hay que educarle más con la presencia y con la coherencia, que con palabras y sanciones. Es fundamental la coherencia y el testimonio de vida. Lo mismo pasa en la política: si no hay coherencia y no hay testimonio, no hay nada”, comparó.
Por su parte el hermano resaltó la importancia de estar convencido de lo que uno habla. “El que habla de algo, debe creer en lo que está hablando. Yo por ejemplo creo que en la Vida Eterna. Yo soy un convencido que el cielo va a venir, pero se también que hay que ganárselo. Una condición para ir al cielo es ser justo en la tierra, trabajar por lo que dice Dios en la tierra y de ahí nace la esperanza”.
También se refirió a la relación padre o tutor y directivos – maestros y profesores. “Los padres deben colaborar con el colegio y no verlo como depósito ni como enemigo. El padre que tiene la actitud de ir a reclamar una nota de su hijo en el colegio y que éste sabe que fue justamente puesta por el maestro o profesor, ese tutor se está cavando su propia fosa. Es que si el padre quiere que se le de razón, ese hombre podemos decir no tiene ética y, además, pierde la autoridad”.
Finalmente el hermano Eugenio Magdaleno sostuvo que para exista una buena relación entre los padres y la escuela “no hay que ignorarse ni tenerse miedo. La escuela tiene que salir al encuentro con los padres y, cuando uno se encuentra con casos complicados, no se debe responder agresión por agresión”, aconsejó.