lunes, 13 de diciembre de 2010

De monseñor Castagna, Arzobispo Emérito de Corrientes


"La 'extranjerización' causada por una alarmante ausencia de los valores cristianos hace irrespirable el clima moral"

Así lo señaló en su homilía en la Santa Misa que fue televisada por canal abierto en la Solemnidad de Cristo Rey. El Arzobispo Emérito de Corrientes, monseñor Castagna, exhortó a todos los bautizados que hoy se encuentran sumergidos ‘en el extravío de un territorio extranjero dominado por el pecado’, volver a la Casa del Padre y que tengan a Jesús como Rey en sus vidas. ‘Es urgente reiterar el anuncio de un Reino que está entre nosotros’, agregó.

Corrientes (Argentina), viernes 3 de diciembre de 2010. – El Arzobispo Emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, se mostró preocupado por la ausencia de valores cristianos en aquellas personas que pertenecen al Reino de Dios por el Bautismo.
Así lo dejó entrever en su homilía durante la Santa Misa que se celebró en los estudios de un canal abierto en el marco de la Solemnidad de Cristo Rey.
A continuación transcribimos algunas reflexiones de su prédica:
“La Carta de Pablo a los Colosenses dice: ‘Porque Él nos libró del poder de las tinieblas y nos hizo entrar en el Reino de su Hijo muy querido en quien tenemos la Redención y el perdón de los pecados’.
“Pablo expresa, sin dudas, el propósito de Dios: la redención y el perdón de los pecados. Y para eso es preciso –como dice el apóstol- entrar en el Reino de su Hijo muy querido. Entonces nos preguntamos: ¿Cuál es ese reino tan incomprendido y en la persona de Jesús tan maltratado? Según el texto del evangelista Mateo, y también Lucas, Jesús es tratado como un criminal, exhibiendo una tabla explicativa de su condena que inspira, que empuja el odio y la irreverencia hacia lo impensable.

Una ‘mofa’ y una verdad
“La tabla dice: ‘Este es el Rey de los Judíos’. Una ‘mofa’ pero que está indicando una verdad muy grande que éste es Rey, y que Jesús lo dice cuando Pilato se lo pregunta: ‘Tú eres rey’, ‘Sí, soy Rey, pero mi reino no es de este mundo’ le respondió Jesús.
“Rey silencioso y sufriente Jesús convertido en un Pastor herido para que las ovejas se dispersen, rodeado de seres empeñados en rechazar como Redentor, excepto las santas mujeres y Juan que estaban alrededor de la Cruz. No obstante, precisamente allí, consolida su reinado y comienza a ejercer su extraño y especial dominio redimiendo y perdonando a uno de sus compañeros de suplicio, según el texto del evangelio.
“Aquel hombre estaba tocado por la inocencia de Jesús y por la crueldad de la inmolación. Por eso le dice al otro compañero que se mofaba de Jesús, que blasfemaba contra el Señor: ‘No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que Él. Nosotros la sufrimos justamente porque pagamos nuestras culpas pero Él no ha hecho nada malo’. Jesús es inocente. Por eso Jesús, en verdad, es Rey. No puede recibir la corona de otro rey como si perteneciera a una familia monárquica terrena. Su reino no es de este mundo, se lo dice a Pilato. Mas aún, el disimula su real estirpe vistiendo por la encarnación los harapos de los últimos de los mortales. De esa manera recupera a sus súbditos extraviados en ‘tierras extranjeras’, inconsciente de su origen verdadero. Él viene a llamar la atención de los hombres, viene a recordarles que son hijos del Padre Dios. Viene personalmente la encarnación del Verbo de Dios y no repugna internarse en lugares inhóspitos e insalubres.

Reconducir a la ‘Casa Familiar’
“Su Padre le encomendó reconducir a los hombres a la ‘Casa Familiar’, irresponsablemente abandonada.
“Por eso la Cruz de Jesús será misteriosamente el trono desde donde ejerza su autoridad y extienda su dominio.
“Nosotros profesamos reconocerlo lógicamente y se someterán a su dominio real, ese dominio que redime al hombre pecador y que elimina por lo tanto el pecado de su vida.
“Quienes insistan en rechazarlo se perderán irremediablemente. Cristo es Rey en el Reino de Dios, más aún, Él es Rey y Reino al mismo tiempo. Coincide esto con la doctrina revelada del Cuerpo Místico de Jesucristo del que fue maestro el apóstol Pablo también. “Por eso es preciso leer constantemente las cartas del apóstol san Pablo para comprender la centralidad de Cristo, Dios y Hombre verdadero, y su necesaria gravitación en la historia de los hombres.
“Cristo es la referencia necesaria para todos los hombres. Los cristianos debemos ser sus testigos.

‘Territorio extranjero’
“Gran parte aún de los pertenecientes al Reino por el Bautismo está sumergida en el extravío de un ‘territorio extranjero’ dominado por el pecado. Cristo se ofreció su vida para recrear la conciencia de quienes se mantienen perdidos y no atinan con su Rey convertirlo en mendigo por amor que lo devolverá a su propia Patria.
“Es urgente reiterar el anuncio de un Reino que está entre nosotros, porque Cristo está vivo entre nosotros por la Resurrección.
“La ‘extranjerización’ causada por una alarmante ausencia de los valores cristianos hace irrespirable el clima moral para hombres y mujeres convocados a pertenecer, realmente, al Reino de Dios, del que Cristo es Rey.
“En cada Eucaristía se celebra la presencia del Reino y de su Rey. Desde ese misterio que vamos a celebrar, renovado constantemente, se nos brinda la gracia del retorno al Reino. Allí es donde Cristo, no obstante de su condición de glorificado, se vuelve como mendigo de nuestra fidelidad al Padre, que es nuestro y suyo también”.

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