viernes, 21 de agosto de 2009

En el 'Foro de Candidatos a Intendente de la ciudad Capital'


Coherencia y ejemplaridad pidió el Arzobispo a los postulantes

Por otra parte el Pastor de Corrientes recordó que “el dirigente político es un maestro ordinario de ciudadanía en el ejercicio de la función pública”. El Arzobispo reconoció que en estas elecciones donde se va a elegir para Intendente, entre otros cargos públicos, ‘tiene algo de competencia’, y ella será ‘saludable cuando el centro (el corazón) de las personas que participan en ella está sano’, indicó. Uno de los mayores desafíos de nuestra realidad política será ‘el de no mentir’, subrayó el prelado correntino.

Las miradas estaban centradas en él, sobre todo, los candidatos a Intendente por la Capital correntina. Es que todos aguardaban, con gran expectativa, sus palabras.
Nos referimos al Arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, quien iluminó el “Foro de de candidatos a Intendente de la ciudad Capital”, organizado por la ‘Escuela de Ciudadanía Corrientes 2009’.
Antes de iniciar su breve alocución, destacó la iniciativa del equipo de la ‘Escuela de Ciudadanía’, como así también la presencia de los candidatos a Intendente por la Capital correntina “a quienes la Iglesia no llama a ningún examen”, aclaró.
El Arzobispo dijo que “esta actividad cívica” se llevó a cabo “en un espacio que conocemos como Escuela de Ciudadanía Corrientes 2009. Esto nos da pie para ubicarnos, ante todo, como alumnos”, señaló.
Luego manifestó que “alumno es el que escucha y aprende. Como nadie tocó ‘techo’ en este tema, todos somos discípulos, todos somos alumnos, todos aprendemos, inclusive los que fueron constituidos maestros, sobre todo ellos deberían ser los primeros en dar ejemplo de escuchar y aprender. El verdadero maestro se distingue porque nunca deja de escuchar y aprender”.

‘Un maestro ordinario de ciudadanía’
Más adelante dijo que “el dirigente político es un maestro ordinario de ciudadanía en el ejercicio de la función pública. Sus dos cualidades esenciales, no únicas, deberían ser: la capacidad de escuchar y aprender. La actitud humana de escuchar y aprender es esencial para el crecimiento material y espiritual de las personas y de la comunidad”.
Para el Pastor de Corrientes, “los candidatos a ocupar la Intendencia de nuestra ciudad, a pocas semanas de las elecciones, tiene algo de competencia”. Y aclaró que “una competencia de esta naturaleza es saludable cuando el centro de las personas que participan en ella está sano. El símbolo de ese centro es el corazón que representa el lugar donde residen las motivaciones, las intenciones e incluso los pensamientos. Cuando este centro está sano, es posible esperar también una conducta y acciones que promuevan el bien de los otros”, explicó.
Posteriormente el prelado correntino hizo mención al documento de los Obispos: ‘Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad (2010 -2016)’. En él “se afirma que es fundamental generar y alentar un estilo de liderazgo centrado en el servicio al prójimo y al bien común, e inmediatamente retoma el fundamento sobre el cual el verdadero dirigente deberá construir su liderazgo: el testimonio personal”.

Coherencia y ejemplaridad
A continuación se preguntó monseñor Stanovnik: “¿Qué significa construir sobre la calidad de testigo que debe distinguir al dirigente? La respuesta es: coherencia y ejemplaridad. La coherencia de vida tiene para nuestra realidad política, entre otros desafíos, el de no mentir, es decir, ser fiel a la palabra dada. Si no hay coherencia, tampoco habrá ejemplaridad. La ausencia de estos elementos en el dirigente influye negativamente en el crecimiento de la comunidad, es decir, una comunidad no puede desarrollarse, ni material ni espiritualmente, si sus dirigentes no son coherentes y ejemplares, tanto en su vida privada como en su función pública”, indicó.
En ese contexto recordó cuáles son los verdaderos valores propios de los auténticos líderes. “En primer lugar, la integridad moral, la amplitud de miras, el compromiso por el bien de todos, la capacidad de escucha, el interés por proyectar más allá de lo inmediato, el respeto de la ley, el discernimiento atento de los nuevos signos de los tiempos y, sobre todo, la coherencia de vida e integridad personal”.
Finalmente expresó que en el documento ‘Hacia un Bicentenario…’ “se constata que muchos signos nos hacen pensar que está por nacer un país nuevo, aunque todavía no acaba de tomar forma. Dios quiera que mediante la coherencia y la ejemplaridad de nuestros dirigentes, y junto con el compromiso responsable como ciudadanos, empecemos a darle forma a la Nación que profundamente anhelamos todos”, añoró.

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