Una misión nada fácil y con una enorme responsabilidad
Fue mi primera experiencia ser ‘Fiscal General’ de una agrupación política en las elecciones del 13 de septiembre de 2009 en la ciudad de Corrientes.
El escenario fue la Escuela 956 “Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa” del barrio Fray José de la Quintana. Era el circuito “5-A”. Allí votaban las mujeres. Eran un total de 8 mesas.
Lo mío, en verdad, fue un voluntariado. No pensaba que el trabajo iba a ser arduo y llevadero teniendo en cuenta las escasas mesas que existían en ese establecimiento.
La actividad se inició a las 8 y concluyó alrededor de las 23.30. Prácticamente toda una jornada.
He tenido la suerte que en esa escuela también habían otros ‘fiscales generales’ que, con mucha experiencia’, supieron hacer un buen trabajo.
Cabe recordar que los fiscales en los comicios “no son autoridades de mesa, sino representantes de las agrupaciones políticas que velan por el buen desarrollo del comicio en general y los intereses partidarios en particular, dentro de los límites que el Código Electoral Nacional les acuerda”.
Buenas y malas
Son muchas las cosas que he aprendido en esas horas trabajando como fiscal, algunas buenas y otras no tanto.
Quería resaltar la buena predisposición de algunos ‘fiscales generales’ que, pese a ser de otras agrupaciones políticas, bregábamos para que dentro del cuarto oscuro las boletas se encuentren en orden, que estén de todos los partidos políticos y que ninguna pueda estar ‘tapando’ a otras.
En esa labor también se encontraban algunas personas que no eran las mejores para ocupar ese cargo teniendo en cuenta su prepotencia y arrogancia para con algunos ‘presidentes de mesa’ quienes también intentaban cumplir su papel lo mejor posible. Si bien algunos ‘fiscales generales’ les llamaban la atención a algunos ‘presidentes de mesa’ porque no se encontraban haciendo bien las cosas, quizás el levantar la voz no haya sido el camino más adecuado. Por eso es bueno que en estas funciones se pongan a trabajar a personas que, ante todo, buscan el diálogo y el consenso, para así evitar inconvenientes en los actos eleccionarios.
Misión y responsabilidad
Por su parte algunos ‘presidentes de mesa’ se notaba su poca instrucción y falta de paciencia para con la gente, y más teniendo en cuenta cuando pasaban las horas y el cansancio ya se hacía sentir.
La misión y responsabilidad de los ‘presidentes de mesa’, ‘fiscales de mesa’ como también de ‘fiscales generales’, es de suma importancia. Se requiere, para ese tipo de tarea, a gente que tenga la capacidad de dialogar y de poner ‘paños fríos’ cuando la situación así lo requiera. En cambio una persona muy nerviosa, arrogante y prepotente, sólo contribuye a un trabajo mal hecho y con muchos errores.
No debemos olvidar que allí está en juego el voto de nuestros ciudadanos. El realizar mal el trabajo es violar el derecho de aquel ciudadano que emitió su voto para tal o cual candidato o partido. Un margen de error puede incidir, y gravemente, a la hora de abrir los sobres y contar los votos que emitieron nuestros conciudadanos.
Por último quisiera destacar lo ‘arcaico’ que es nuestro sistema a la hora de contar los votos. Todavía estamos con la tiza, el pizarrón y el dictado de los votos. ¡Qué importante es aquel que cuenta los votos y lo dice públicamente ante el ‘presidente de mesa’ y los ‘fiscales’! ¡Qué importante es aquel que anota en el pizarrón los números de los votos destinados a los distintos candidatos! ¡Qué importante es aquel encargado de, no sólo firmar el acta de apertura, sino también el de clausurar el comicio y entregar como corresponde el certificado del escrutinio! Un error, como decía hoy, puede ser muy grave.
Es hora que nuestros legisladores se pongan a trabajar para que en las futuras elecciones podamos tener un sistema más seguro, efectivo y rápido. De esta manera no andaremos especulando con la palabra ‘fraude’. Necesitamos hacer bien las cosas.
Fue mi primera experiencia ser ‘Fiscal General’ de una agrupación política en las elecciones del 13 de septiembre de 2009 en la ciudad de Corrientes.
El escenario fue la Escuela 956 “Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa” del barrio Fray José de la Quintana. Era el circuito “5-A”. Allí votaban las mujeres. Eran un total de 8 mesas.
Lo mío, en verdad, fue un voluntariado. No pensaba que el trabajo iba a ser arduo y llevadero teniendo en cuenta las escasas mesas que existían en ese establecimiento.
La actividad se inició a las 8 y concluyó alrededor de las 23.30. Prácticamente toda una jornada.
He tenido la suerte que en esa escuela también habían otros ‘fiscales generales’ que, con mucha experiencia’, supieron hacer un buen trabajo.
Cabe recordar que los fiscales en los comicios “no son autoridades de mesa, sino representantes de las agrupaciones políticas que velan por el buen desarrollo del comicio en general y los intereses partidarios en particular, dentro de los límites que el Código Electoral Nacional les acuerda”.
Buenas y malas
Son muchas las cosas que he aprendido en esas horas trabajando como fiscal, algunas buenas y otras no tanto.
Quería resaltar la buena predisposición de algunos ‘fiscales generales’ que, pese a ser de otras agrupaciones políticas, bregábamos para que dentro del cuarto oscuro las boletas se encuentren en orden, que estén de todos los partidos políticos y que ninguna pueda estar ‘tapando’ a otras.
En esa labor también se encontraban algunas personas que no eran las mejores para ocupar ese cargo teniendo en cuenta su prepotencia y arrogancia para con algunos ‘presidentes de mesa’ quienes también intentaban cumplir su papel lo mejor posible. Si bien algunos ‘fiscales generales’ les llamaban la atención a algunos ‘presidentes de mesa’ porque no se encontraban haciendo bien las cosas, quizás el levantar la voz no haya sido el camino más adecuado. Por eso es bueno que en estas funciones se pongan a trabajar a personas que, ante todo, buscan el diálogo y el consenso, para así evitar inconvenientes en los actos eleccionarios.
Misión y responsabilidad
Por su parte algunos ‘presidentes de mesa’ se notaba su poca instrucción y falta de paciencia para con la gente, y más teniendo en cuenta cuando pasaban las horas y el cansancio ya se hacía sentir.
La misión y responsabilidad de los ‘presidentes de mesa’, ‘fiscales de mesa’ como también de ‘fiscales generales’, es de suma importancia. Se requiere, para ese tipo de tarea, a gente que tenga la capacidad de dialogar y de poner ‘paños fríos’ cuando la situación así lo requiera. En cambio una persona muy nerviosa, arrogante y prepotente, sólo contribuye a un trabajo mal hecho y con muchos errores.
No debemos olvidar que allí está en juego el voto de nuestros ciudadanos. El realizar mal el trabajo es violar el derecho de aquel ciudadano que emitió su voto para tal o cual candidato o partido. Un margen de error puede incidir, y gravemente, a la hora de abrir los sobres y contar los votos que emitieron nuestros conciudadanos.
Por último quisiera destacar lo ‘arcaico’ que es nuestro sistema a la hora de contar los votos. Todavía estamos con la tiza, el pizarrón y el dictado de los votos. ¡Qué importante es aquel que cuenta los votos y lo dice públicamente ante el ‘presidente de mesa’ y los ‘fiscales’! ¡Qué importante es aquel que anota en el pizarrón los números de los votos destinados a los distintos candidatos! ¡Qué importante es aquel encargado de, no sólo firmar el acta de apertura, sino también el de clausurar el comicio y entregar como corresponde el certificado del escrutinio! Un error, como decía hoy, puede ser muy grave.
Es hora que nuestros legisladores se pongan a trabajar para que en las futuras elecciones podamos tener un sistema más seguro, efectivo y rápido. De esta manera no andaremos especulando con la palabra ‘fraude’. Necesitamos hacer bien las cosas.
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